miércoles, 8 de octubre de 2008

Memorias

Me había despertado el ruido del maldito techo de lámina que había en el pasillo. Me levanté al baño y regresé a la cama. Hacía mucho frío y me había acostumbrado al calor de la ardilla. Eso de dormir con alguien era algo bueno. Me gustaba dormir con ella, me gustaba verla dormir y murmurando algo que seguramente serían reclamos mientras yo me vestía para el trabajo. Era bueno eso de recibir un beso en la madrugada, vivir la breve manifestación soñolienta de una intención amorosa en la calma y silencio nocturno, sobre todo en medio de un sueño. Abrí el Bukowsky que leí hace mucho tiempo y nuevamente se veía una solución satisfactoria.

- Préstame tus ojos y tu máquina de escribir, Bukowsky..
El libro ya lo había leído y lo había empezado a leer otra vez, creo que buscando algo que me dijera que no era necesario estresarse, que las metas son un medio, no son un fin aunque creamos lo contrario. Aunque cuando pienso esto, caigo en la cuenta que al final regreso al orígen, al discurso donde el bien y el mal se sientan en las gradas a ver como los individuos se despedazan con discursos y argumentos moldeables según el ingenio y coherencia de los participantes. Por lo tanto, no. No buscaba un discurso, sólo un ejemplo de la actitud y consecuencias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Prioridades

1. Mi paz interior 2. Desarrollar mi misión, creatividad y desarrollo, mi filosofía personal, mi espiritualidad 3. Estar y vivir mi familia ...