"Esta idea de aspirar y luchar por lo imposible es para mi la razón de estar vivo. Lo contrario es la sumisión, la subordinación a la regla, el matar la creatividad y el deseo, tapar la fuente de vida con una loza vieja y triste"
"Cerré la libreta. Tengo suficiente por hoy. Suficiente maldita rutina.
Demasiado análisis, demasiado sintetizar, demasiado categorizar, demasiado estructurar la información.
Cierro los ojos. Hago la cabeza hacia atrás para dedicarme a un “fértil buceo sin escafandra”.
Hoy estoy harto. Hoy quiero hacer preguntas.
Llamo a la memoria, evoco a todos mis muertos, a mis guerreros caídos en combate, escucho esa voz de aquella mujer y me dice que el mundo no existe. Existe lo que nosotros creamos.
¿A qué me lleva esta experiencia?. Me conduce al cambio, a la revolución, al devenir que va más allá de la muerte de lo inamovible, más allá del conformismo temeroso, de la calma estéril.
Nuevas ideas brotan de esa sensación como un manantial, los puños se cierran y anida en mi pecho un calor revitalizante, me rodea un halo de poder y conciencia.
Siento una energía infantil en la garganta. Energía que se burla del límite; me hace hace cruzar la calle, trepar paredes, gritarle a los mayores. Una revolución empieza a tomar forma.
Mis ojos se abren".
