sábado, 31 de marzo de 2012

Carta de bienvenida

Sí, no sé qué me pasa. Hoy parecería que todo lo que he aprendido lo he olvidado.

Siento que toda la calma y paz, esta inercia mágica que me gobernaba se hubiera ido. Siento presión, duda, miedo. Me siento solo, triste. Siento angustia. No grave, pero sí angustia. No sé qué hacer. Siento esta necesidad de hacer tanto, por que sé mucho, soy portador de mucho conocimiento y al mismo tiempo siento miedo. Tengo ganas de no hacer nada. De ver el tiempo pasar, de ignorarlo todo.

Y esto es un circulo que va y viene. Voy y vengo. Es el visitante inesperado, que me inquieta con su llegada inesperada. No es bienvenido en mi casa. Espanta a mis visitas tan amenas. Me compara con todos, me dice que soy un mediocre, que no me aviento. Que no estoy conforme con nada y que vea como está pasando el tiempo. Me dice que no voy a poder. Que me de por vencido.

Me hace polvo. Me da tristeza ver cómo no lo puedo sacar de la casa. Tampoco lo quiero rechazar, me da la impresión que sus ideas no son malas, solo son dominadas por emociones. Algo le habrá pasado que viene tan inquieto y tan angustiado. Con tanta presión. No lo quiero juzgar.

Al contrario, quiero recibirlo y darle calma. Comunicarle paz y amor. Decirle que todo estará bien. Que la vida es algo mágico lleno de experiencias nuevas que como todo sabor nuevo, al principio pueden saber feos, pero no es feo, es diferente. Con el tiempo puede que sea su sabor favorito para aderezar alimentos.

Creo que lo puedo hacer. Creo que puedo abrir mi corazón a esa persona que está dentro de mí. No rechazarlo, aceptarlo, recibirlo con cariño. Acompañarlo. No sé muy bien qué decirle, sólo por lo tanto puedo intentar acompañarlo. Algo que puedo hacer y muy bien, es darle el ejemplo. Disfrutar lo simple, sin complicarme tanto. La buena música, dar ejemplo de amor y cariño al mundo. Eso lo puede ver y podrá seguramente seguirme.

Estimado personaje: Despiertas en mí muchos sentimientos, te acepto y te honro. Te reconozco y te acepto con amor. Eres bienvenido en mi casa cuando gustes. Te recibiré siempre con los brazos y el corazón abierto. Llega como tengas que llegar, acá estoy para apoyarte y darte un buen momento, para enseñarte y aprender juntos que la vida puede ser distinta. Que se puede confiar en el corazón, en la vida y en el amor.


Te agradezco tanto tu amor. Agradezco tu bienvenida. Sólo necesitaba eso. Un poco de amor. Gracias.

Actualizaciones

Me he seguido observando, aplicando los ejercicios del cuarto camino. Dentro de mis observaciones, he encontrado patrones de comportamiento:...