domingo, 23 de julio de 2023

Memoria de un niño buscandose entre los callejones de la ciudad del pecado

La Luli se rascaba sin piedad y sin permiso de manera desparpajada y sin ningún miramiento para los que dormíamos. Eran alrededor de las 5 de la mañana, mi cuerpo pedía seguir acostado. 
Mi mente sin embargo, estaba en modo on a sus 150 revoluciones. 
Pensando y dándole de vueltas junto con el inconsciente a mil ideas, todas aparentemente sin sentido pero todas con sentido:

- Mi trabajo que no me gustaba, muchos compromisos que no dependían de mí y otros sí pero yo sin ganas de entrarle a esa dinámica de cumplir un objetivo
- Mi nuevo negocio, el cual estaba empezando lento y al cual no le podía dedicar todo el tiempo
- Mi familia que por un lado estaba mi bebé al cual le quería dedicar más tiempo, convivir, salir
- La preocupación de que mi socia era mi chava y
- Por otro lado, yo con mi ansiedad de los puntos anteriores, mi miedo era que me corrieran, quedar mal en mi trabajo, que el negocio no funcionara, enfermarme, no disfrutar en general


Mi ansiedad es por que algo salga mal. Por tener el control. 

Al mismo tiempo me paralizo, no hago nada, me quedo detenido y siento que esto me pasó mucho en el trabajo anterior. Le entraba pero me desgastaba y sobre todo, salía mal.

Eso creo que fue algo que me mató, que salieran las cosas mal, me apegaba mucho al resultado. Eso me está aniquilando, el temor a hacer y lo que hago sale mal. Eso me pasa ahora como miedo en el negocio, 

Siento un buen de cosas y ya estoy medio hasta la madre. 

Creo que tengo que dar por perdido cada caso:

- Mi trabajo, ya tengo experiencia, ya tengo mis límites y mis procesos. Si no funciona, pues que me saquen
- El nuevo negocio, es un aprendizaje, si no funciona, será dinero bien invertido, necesitaba hacer la prueba. El negocio no es fácil y ya, hay que meterle mucha chamba
- Mi familia, confiar más en ellas, soltar y dejar fluir a Perlita y a Carlito
- Concentrarme en disfrutar, parecería que no tengo permiso o entro en culpa de poder disfrutar

No acabo de soltar al cien, algo me falta.

Cuando estoy tenso, me rigidizo y me siento inmovil, eso es importante de observar. 

Con el fin de relajarme pienso en mi muerte o la de otros a manera de ejemplo pero no puedo dejar de irme con mis ilusiones. Me hace falta soltar más pero estoy como encadenado.

Caigo al mismo nicho de dar de vueltas a los temas y las cosas, de sentir que voy a desaparecer, que no va a salir. Siento una emoción en el estómago. 

Es una esclavización, no termina el ciclo de desgaste. Me doy cuenta que lo que me amarga el camino es pensar en el futuro, pienso en rutina y en una vida gris. Hay veces que me siento bien, tranquilo y pienso en el futuro, en las broncas que no tengo solución en este momento y decaigo. Me desmotivo. Se me hace una vida vacía y sin sabor. Solo quiero dormir y dejarme llevar por placer. Creo que eso es algo que está fuera de contexto. 

Pensar en el suicidio no me gusta, me siento muy culpable ya que no quiero darle sufrimiento a mi familia. Me voy a relajar, jajajaja, he dicho ésta frase cuántas veces. Infinitas. 

No sé cómo elaborar más esto, ya desistir de toda ésta carga, carga que no logro resolver porque la preoucpación y la elaboración tampoco me lo permiten. 

No le veo por donde.

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