Me habían dado lugar en la parte superior del avión. Imaginé que debido a que el lugar se había cancelado y activado nuevamente, me habían reasignado un nuevo asiento en Business o incluso primera clase. Al entrar, vi con desilusión los asientos que aunque menos, eran clase turista; apretados e inhumanos.
Busqué mi lugar y lo encontré en medio de un señor con cara de pocos amigos y otro señor que me vio de arriba a bajo e hizo media sonrisa. Eso no me gustó. Guardé mis cosas arriba y me senté. De repente el hombre que me vio raro, me comentó que era un caos esto y que los lugares no eran para humanos, le dije que era cierto y acabamos platicando, era un tipo agradable. Llegó una francesa de unos 19 años, linda de cara y cuerpo de ensueño, volteó al ver que hablabamos y me sonrió.
Algo dijo el mozo y el tipo con el que hablaba me comentó que había escuchado que había hileras libres de asientos atrás, que tomara uno. Procedí y fui realmente feliz.
Tenía 3 lugares para mi solo. Experimenté una sensación extraña, atravesando Irlanda con dirección a México pasando por Groelandia. Sin ninguna comunicación con México ni con Europa ni con el cielo ni el maldito infierno. Era el aislamiento perfecto, nadie quien me pudiera contactar para cualquier cosa que pasara en México o en cualquier lado, era como la forma de ignorar los holocaustos que mi paranoia creaba. Pasaron con la comida y pedí cerveza y botella de vino. A los cinco minutos pedí otra botella de vino. Los mozos estaban atentos y pasaban a cada rato, era perfecto.
Desperté con los alaridos de un hombre que hablaba contando sus anécdotas que en realidad eran irrelevantes en forma y sustancia. Parecía que disfrutaba más escuchandose dado que los demás no participaban mas que asintiendo. Conforme pasaba el tiempo, más iba diciendo y su plática se iba haciendo más ecuánime. Creo que sufría una catarsis ya que por lo que decía en la parte de abajo habían puros niños y dado que las televisiones no funcionaban, el mundo estaba vuelto loco. Se fue calmando y acabo hablando en tono normal.
Cuando voltee, la parte del frente estaba llena de señoras. Se empezó a sentir un aliento fétido, como de enfermedad del hígado. Los aliens habian traido ese olor asqueroso. Un tipo francés que tenía a sus dos hijos al frente, fue abordado por las señoras ya que también su suegra estaba ahí. Junto a él, las señoras hablaban, lo más predecible, cosas de señoras y de las viejas generaciones, pláticas dignas de cerrar los ojos y suplicar que el momento pase rápido. Al instante, los niños estaban marchando y corriendo, era justo, el espacio no era para ellos. La suegra que había mutado a madre de los 2 niños, hablaba fuerte corrigiendo a los niños, esto lo hizo durante mucho rato. Prefería el escandalo de los niños al de la señora, eran correcciones en tono alto como los de las maestras old school, voz efectiva por tono y volumen y enunciados largos. Me dieron ganas de ir a encerrarla en el baño. Realmente fue irritante.
Las señoras estaban platicando alegremente, cosa que no me desagradó, realmente el ambiente se había puesto demasiado pesado, no había nada que hacer y aún faltaban 6 horas de viaje de 11 y media.
Los mozos había desaparecido, podía haber iniciado un motín en el avión, incendiar o saquear los compartimentos y nadie hubiera dicho nada. De repente, pasó un mozo recogiendo basura. Lo atajé y le pedí una cerveza en alemán, contestó en español que en seguida.
-La pasión- 
-El espíritu de Barcelona-
-Creciendo-
-Solucionando problemas-
-Una sana convivencia-
-Y que sea lo que Dios quiera-
-Un espíritu libre-
-Nada como una mirada sarcástica para contestar un argumento-
- La muerte en la inmovilidad-
- Como cuando eramos otros
- Adonde van las imagenes que no se quedaron
- Señal turca
- Traga fuegos
- Abendessen 
- Todos los tiempos capturados en una imagen
- Oculto y presente tras la modernidad
- Atardecer áraberlinés
- Paisaje berlinés 2
- Paisaje berlinés 1
- Chic
- Niño perdido
- Siempre se puede saber cuándo alguien sobra...
- Festín de monólogos
- Lo intangible
- Siempre hay un buen pretexto para mantener la distancia...
