miércoles, 19 de agosto de 2009

martes, 11 de agosto de 2009

Ideas bizarras 2 + nota personal

Lencha: ¿y qué onda Joch ?, ¿como vives tu otra vida?
Jor: Ya deja las drogas, Lencha
Lencha: ¿sabes que en la vida "real", esta que vivimos en este momento, es una vida?, sin embargo existe otra, 'la de los sueños cuando duermes?.

La vida que vives en los sueños es una representación mental. Además te dice como vives tu vida "real" y de ahí puedes deducir si vives un mundo de tensión o paz. ¿Cómo llevas tus dos vidas y qué te dice una vida de la otra?

================================ (osea que ya terminó el relato bizarro 2)

Nota personal:
Al pensar esta idea, me di cuenta que algo no está bien. Sueño con todo lo que vivo en mi vida "real", no descanso, no sueño algo nuevo, repito los sueños (que estoy en un pinche hostal, que ese no es el problema sino que en el hostal sueño que el avión me deja y que me tengo que ir. Sueño con el trabajo, con juntas con la banda, que el tema es el mismo siempre). Despierto en la madrugada varias veces mentando madres, algunas veces (la mayoría) no sé donde estoy ni la hora ni el día....

miércoles, 5 de agosto de 2009

Me caí de la bicla por andar de farol

Y salió un trancazo de sangre en la rodilla + un trancazo de endorfinas...., ohhh sí......

Eso de las caídas no sé por qué me está gustando...., es como el tabú. El tabú de evitar la caída, me lleva a disfrutar la caída. Disfrutar el fracaso, lo que socialmente se entiende por fracaso, lo que el inconciente colectivo evita. No se trata de buscar las caídas, sino de disfrutar eso que tan esporádicamente pasa y que tanto enseña. Es como un aperitivo muy aislado que se evita pero con un sabor muy intenso y edificante.

domingo, 2 de agosto de 2009

Instantaneas del 1 cero ocho 09

- ¿Alberto?, feliz cumpleaños
- Gracias, negrita, ¿qué dice Cancún?...

Era el día de mi cumpleaños. Día antisocial por antonomasia personal. Años antes había hecho alguna reunión o algo así. No me había gustado, grupos divididos, un par de cervezas, gente que se va, gente que falta, gente que sobra...., prefería ese día estar solo, al menos para esta vez.

Un día antes, había hablado con la ardilla.
- Grillo, ¿qué vas a hacer mañana?
- Tengo ganas de ir en bicicleta, irme sin rumbo, tan ligero como sea posible...., solo mis llaves, un poco de dinero (me fui con 105 pesos), de ser posible; descalzo, botella de agua, mi bicileica leica nueva y un chingo de ganas de perderme en las calles de las rutas del hombre.

A las 12 iba saliendo de mi casa en la estresante ciudad judicial. Tomé rumbo a cholula, sin ganas de reportar, avisar o invitar a alguien más. Yo solo con mi neurosis que tantas puertas me está abriendo, que tan difícil me ha hecho el rumbo, que me ha hecho quitarme todo el ornato y hacerme ser lo que soy y lo que quiero ser.



"Cerro Zapoteco en Chochula / De noche todos los gatos son pardos"



Descendí del zapoteco y tomé paso de cortés, carretera federal con esporádicos camiones y microbuses muy respetuosos del ciclista. Ahí, se me apareció como un holograma mi recién sueño efímero-lúdico, Dulce. Esbozé una sonrisa.

Seguí pedaleando sin parar, mucho tiempo. Continué sin idea de detenerme, sin ver un fin, sin querer verlo. Me di cuenta que inconciente (ahora concientemente), no quería regresar.
Llegó un momento en que no soportaba el dolor en la cola. Me acomodara como me acomodara sentía un maldito infierno. Las piernas me empezaron a doler mucho, había andado por mucho tiempo, no sabía cuanto, había pasado unos pueblos. El camino de regreso era pesado y muy largo.
Con un gran sentimiento de decepción ante una miradita, un antojo a la revolución...., inicié mi retorno.
En el camino vi estas cúpulas, perdidas en la nada. Hermosas y solas en el paisaje, como un oasis sicológico.
Me di cuenta que estaba buscando. Me ví buscando, sin saber qué.
Entré en el pueblo, avancé. Todos en el pueblo se me quedaban viendo, el extraño, el foráneo visitante. Desconfianza.
Había un don con unas llaves gigantes, graciosas.
- Buenas, don. ¿Se puede tomar fotos?
Pude haber tomado las fotos pero esos lugares son tan íntimos, tan de sus habitantes, tan de su familia, que transgredir una regla implica ya una falta y eso ya confirma el abuso y por lo mismo la desconfianza de los visitantes.
- No, joven. Hable usted con los fiscales. Han habido robos de arte sacro y no nos gusta la gente extraña.
Entré a la iglesia. Estaban dando catecismo. Me senté a escuchar. Me acordé de cuando tomaba catecismo, de cuando todo era igualmente aburrido y educado. Desde ese entonces ya estaba loco, solo que en ese entonces creía que eso era lo correcto.
- Buenas mi buen, tienen unos retablos muy bonitos. Reciben tours?
- Buenas joven, no recibimos tours. ¿De dónde viene usted?
- Puebla, ando en bicicleta y vi las cúpulas. Me gustó mucho esta iglesia.
Poco a poco empezamos a platicar. Era el sacristán, al final, me dio su correo y me dijo que podía hacer recorridos si lo contactaba previamente.
- Gracias Don, hablé con el sacristán. Son buena gente todos acá y si yo estuviera en su lugar, también cuidaría mucho la herencia del pueblo.
- Dígale al sacristán, él le dejará tomar fotos.
- Don, regreso después. Estoy muy cansado y me falta mucho por recorrer.
Anduve y vi como todos los chavos, el sacristán y el don de las llaves me veían alejarme en la bicicleta.

Ya andando en bici pensé que sería bueno a un pueblo tan pequeño meterle publicidad para que la gente de fuera visitara y metiera dinero. Esto daría recursos para proteger y vigilar más la iglesia, más actividades, más trabajo, más flujo de efectivo...., pero esa diversidad de información y sobre todo, la acumulación de riqueza (muy probablemente de gente que ni siquiera sería del pueblo, sino de la ciudad), ¿era lo que San Gregorio Zacapechpan necesitaba?. Algo me decía que debía dejar ese lugar como estaba, no me tocaba ser el incitador, el corruptor, el que inició el caos. Deseché la idea.

¿Dónde quedó toda nuestra herencia, nuestro trabajo, nuestra historia?
Ya en Cholula. Vi esta escena. Toda la región se la está comiendo el área urbana. Poco a poco la tierra de siembra va siendo empujada a las afueras, toda la tierra se va vendiendo, se van volviendo multifamiliares con paredes contiguas excentas de intimidad.


Nosotros somos los habitantes sin nombre y sin rumbo fijo, como tú, extraño en bicicleta.


Libres de andar y tomar lo que es nuestro. Sin pertenencias, sin preocupaciones, dueños de la calle, dueños de nuestras vidas.
Cuando una vez que se da el paso final, ya nada más cuenta. Queda mas que un vestigio abandonado sin valor. Una losa triste y vieja.
El mejor eptifafio, una idea, un concepto en la vida del otro.

Ruinas: Lo anacrónico.
Cuando el olvido nos alcance. Nada permanecerá, pero llegará una nueva razón...
Viajando, avanzando de regreso. Sin querer regresar.
La próxima no sé si regrese..., me entregaré a la búsqueda.
Un momento de reflexión en mi conciente. Divagando y comparando, traduciendo de sensaciones básicas a palabras poco fieles y trilladas.

Homenaje a la vida

02.05.2020 Ha nacido mi primer y no sé si único hijo. A mis cuarenta y un años de edad, me parece oportuno. Mi pareja de veintitres 1...