miércoles, 8 de octubre de 2008

Con el permiso de Monsiváis

Aclaración

X empresa que produce autos, cuenta dentro de su área comercial, con el área de post venta, de donde se deriva otra llamada servicio técnico. Dentro de esta existen dos llamadas, una, Literatura, y la otra Edición. En la primera se manejan formatos y graficas electrónicas y mecánicas. En la segunda, Edición, se elaboran programas basados en la información aportada por Literatura. Dadas las necesidades técnicas de estos departamentos, es preciso que los trabajadores sean de profesión; ingeniero.

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En algún lugar de la empresa X, en el área de Edición, retozan 7 intelectuales conversos, secretamente tensos por ser una especie en peligro de extinción. Rodeados de computadoras, equipo electrónico despedazado yace alrededor de ellos. En los escritorios se observan pedazos de aparatos y artefactos acomodados de curiosas maneras; junto a ellos se observa un letrero que cita: “Estas obras son copias de originales que no existen”. Todos ellos silentes, sentados en forma de círculo en el suelo, observan como documentación importante de la empresa se incendia al centro del círculo, mientras uno de ellos ora algo de Nietzsche de “Así hablaba Zaratustra”, en voz alta: “Los sepultureros adquieren enfermedades a fuerza de cavar fosas. Hay que vivir en las montañas” y terminó con: “Sólo donde hay muerte hay resurrecciones”. Todos guardaron silencio por un rato, después, se descalzaron, trajeron agua, encendieron sus cigarros y empezaron a hablar sobre la vida y la muerte, sobre el bien y el mal...

En eso estaban cuando de repente entran a la oficina 10 personas pertenecientes al área de Literatura. Los intelectuales habían olvidado que estaba concertada una junta a esa hora, las 8:00 A.M. El equipo de Literatura se asombró al presenciar el cuadro que sucedía frente a ellos, al darse cuenta los 7 intelectuales de la presencia de sus compañeros, uno de ellos, el más viejo no precisamente en edad, dijo: “Pero miren nada más...!!!, los camaradas de Literatura nos honran con su visita a esta alta hora de la noche de la humanidad!, adelante, están ustedes en su campo de concentración, tomen asiento.....”. Las personas de Literatura, se quedaron absortas, el humo le añadía mareos a sus razonamientos. A pasos forzados, los muchachos de Literatura accedieron, no sin sonreír de repente intimidados, llegando a tal grado su temor, que unos sujetaron de manera sinistra el emblema de la empresa, bordado a la camisa, como si simbólicamente los fuera a proteger.

Una mujer del grupo intelectual, comentó: “No dudamos, estimados camaradas, dentro de ustedes se halle la luz!!!!. Hoy es la navidad del hombre, y la caída de la máquina, sean bienvenidos a la hora de la luz. Es el turno de ustedes...”. A esto, el hombre más viejo comentó exaltado: “Es verdad lo que dice la camarada!!!, y pido al camarada Gabriel, que inicie con este deleite, y nos regocijemos juntos a la liberación del arte!!!!”. El camarada Gabriel, con una sonrisa real, con un sentimiento autentico de hermandad, observó a todos sus compañeros, fumó su cigarro y dijo al hombre más viejo en edad del área de Literatura: “Ilústrenos camarada. Resuma en un aforismo brillante su concepto sobre el pecado”. Todos los intelectuales de edición emocionados, con ojos desorbitados, esperaban la respuesta, creyentes de que dentro de los muchachos de Literatura, viviera esa devoción que daba nombre a su área. El hombre de Literatura ante la pregunta, empezó a ver a todos lados, desesperado, después irritado, los ojos se le pusieron llorosos, miró a sus compañeros, para a continuación ordenarles gritando: “ellos!!!!, ellos son!!!!!!!, la estadística tenía razón!!!!, sólo faltaba ubicarlos!!!!!, son los que conspiran contra la productividad, están en pro de la libertad de expresión!!!!, del proceso de humanización!!!!!!, en sus mentes anidan escorpiones!!!!, asesinadlos sin piedad!!!!!!!”. Repentinamente, el resto de personas de Literatura, sin dudar, obedecieron y de manera agresiva sacaron sus calculadoras, notebooks, handhelds, palms, laptops. Al observar eso, los de edición sacaron sus cámaras fotográficas, sus libros de filosofía, sus diarios, sus bloques de apuntes y demás,. Inmediatamente, los ingenieros de literatura, empezaron con sus aparatos tecnológicos, a crear funciones, dibujar piezas, construyendo una impresionante máquina virtual que destruyera a sus oponentes de edición. Los de edición, por su parte comenzaron a leer y dar vida a terribles e inteligentes personajes, a Mefistófeles, a Hannibal Lecter, Cancerbero, Satanás, del libro de Job, entre otros.

Una patrulla pasaba por ahí, los policías de la seguridad de la empresa oyeron, de repente, estruendos eléctricos, fuertes golpes, y por el otro lado fuertes gritos; entre ellos maldiciones, tentaciones; Mefistófeles gritando: “te ofrezco la juventud eterna”, Lecter diciendo: “El hacer programas, los excita acaso Sres. Ingenieros...????”, Cancerbero atacando con sus múltiples fauces al contrincante, Satanás gritando: “ya veremos hasta donde llega su devoción a la máquina cuando Dios ponga a prueba su fe a al misma!!!”.
Los policías bajaron apresurados de la patrulla, entraron a las oficinas, pero lo único que encontraron fue neuróticos trabajando, gente inconforme mandando faxes, máquinas humanas diseñando circuitos, humanos que en su rostro dibujaban la resistencia a la metamorfosis, personas que en lo más profundo de su mente, cada 10 minutos diseñaban una manera, siempre distinta de destruir a su jefe, otros planeando sabotajes perfectos para desacreditar hasta al más eficiente. Una vez que vieron eso los policías, se miraron entre ellos, dijeron: “Buenas tardes”; saludo, que sólo un murmullo contestó en la oficina. Los policías, relajados; vieron que todo estaba en orden, pusieron nuevamente el seguro al gas lacrimógeno, y salieron mientras el sol, lo único simbólicamente libre era detenido por las persianas de todas las oficinas, de toda la empresa, de toda la ciudad, de todo el mundo, para ser sustituido por la luz de las barras fosforescentes.

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1. Mi paz interior 2. Desarrollar mi misión, creatividad y desarrollo, mi filosofía personal, mi espiritualidad 3. Estar y vivir mi familia ...