lunes, 9 de mayo de 2011

Que no se acabe el cielo

Subí al coche y encendí un cigarro. El calor era insoportable; un día sofocante.

"Algo interesante de esta vida, es que todos tenemos la posibilidad de terminarla. No por el hecho de terminarla es importante esta idea, tan solo la calma de saber que podamos hacerlo es tranquilizante".

Tomé rumbo a la autopista. Hoy era uno de esos pinches días. Mi cabeza era una jaula de ruidos y balas en forma de ideas. Dejaban un hueco en las paredes de mi cerebro y por esos huecos se escapaba la poca paciencia. Un fuego cruzado y yo en medio de esa pelea entre buenos y malos, entre inocentes y culpables, entre opciones y dilemas.

Imagen tras imagen, una hiperactividad de la memoria y de la mente. El sudor corría por mi mente.

- Qué onda?, sigues con tu chava?
- Sí. Pero no sé..., esta onda de sus hijos no está siendo tan gracioso. De entrada el pendejo de su ex se avienta unas magias..., el otro día estabamos en Cuetzalan ella y yo y que le llama ese guey para decirle que en ese momento le llevaba a los niños a su casa en Puebla.
- Y qué hicieron?
- Nada, regresar a Puebla en medio de la noche. Con el hotel ya pagado y todo...
- Y los niños?
- Pues..., creo que están locos....., uno se ve que le cago. Me dice que yo no soy su papá.
- Y qué le dices?
- Que afortunadamente no lo soy
- Y el otro niño?, mejor?
- Ese me llama "papá"....
- Y le sigues el juego?
- No, ya hablé con él. Le dije: "momento, momento..., vamos aclarando las cosas niño...., tu papá es aquél chavito que nunca viene a verte...., yo soy el novio de tu mamá y ya. Dicho de otra forma, tú y yo no somos nada...."
- Qué edad tienen?
- 7 y 9 años....., pero esta onda de los niños no me late. Creo que voy a tener que.....

Gerardo tenía un estilo muy divertido por ser frontal y poco cortés. Pero muy práctico. Sin necesidad de constelaciones familiares ni nada, ubicó a los niños en su lugar. Algunos nos toca ser más viajados. Analizar posibilidades poco probables...; no, imposibles, mejor dicho.

Encendí otro cigarro. El camino no era lo más cómodo. Incluso con aire acondicionado el calor era una chinga. Muy acorde con mi mente en ese momento.

Sentía mi cara tensa, gestos que reflejaban mi caída. Entorné mis hombros, estaban tensos. Las piernas las sentía rígidas, las manos y mi frente sudaban, como si el sudor tratara de escapar.

En la vida nos toca ir construyendo nuestros zapatos con materiales y medidas que nos dá la sociedad, la escuela, la familia y una pizca desconocida que no sé de qué se trate, pero una vez que están terminados, vivimos con ellos. Si están chicos, apretados, que nos hacen sangrar los pies, buscamos la forma de caminar para estar lo más cómodos posibles, adaptándonos a ellos. Vaya formas de caminar tan más extrañas, tan difíciles algunas, castigando alguna parte del cuerpo o cansándonos por el esfuerzo para movernos.

- Vaya que chingas nos paramos....
- A caminar descalzo entonces....
- Y nuestros zapatos?
- No importan ya...

Y esto de caminar descalzo sí que es una putiza...., digo, no el hecho de caminar descalzo sino el no usar tus zapatitos a los que te habías acostumbrado. En los que caminabas sólo donde hay pasto. Pero ya no quería más.

"Recordemos que a veces más vale una buena muerte que una mala vida"

Apagué la radio, dí vuelta en U y emprendí camino a la derrota. Empezaba a darme cuenta que posiblemente por ahí iba todo este tema..., por estar más allá del bien y del mal. Por acabar con toda esperanza de una vez por todas.

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Prioridades

1. Mi paz interior 2. Desarrollar mi misión, creatividad y desarrollo, mi filosofía personal, mi espiritualidad 3. Estar y vivir mi familia ...