viernes, 9 de julio de 2010

Nota personal 1

Ambrose Bierce afirma que el cinismo es un defecto de la visión que nos obliga a ver el mundo tal como es, en lugar de como debiera ser. Autores como Nietzsche y Freud tienen esta visión del mundo, quizá más objetiva que la de otros pensadores que conciben la vida desde una perspectiva moral, o moralista, como si el “bien” y el “mal” existieran en la naturaleza. Desde el punto de vista de Nietzsche y de Freud, la vida no tiene por qué ser juzgada, lo único que hay que hacer con ella es vivirla.


La moral tiene esencialmente una cualidad social. Es decir, sólo se da en la sociedad, respondiendo a sus necesidades y cumpliendo una determinada función en ella. Un acto moral es siempre un acto sujeto a la calificación de los demás; es decir, susceptible de aprobación o condena, de acuerdo con normas comúnmente aceptadas.


Un dado lanzado lleva consigo el azar, pero al caer afirma necesariamente un cierto número, que es el destino que acompaña a la tirada. La necesidad es, entonces, la combinación del azar (no su abolición, como se suele pensar). En cualquier juego, eventualmente el caos tiende a caer en un ciclo; las situaciones, aunque sean azarosas, tienden a repetirse de manera cíclica: esto es a lo que Nietzsche denomina el eterno retorno.

Además, con la muerte de Dios, ya no hay un fundamento supremo de las cosas ni un para qué de la vida. Para Nietzsche, la vida no tiene por qué ser juzgada ni justificada; la vida debe ser un fin en sí misma, nunca un medio para alcanzar otra cosa. Como dijo Goethe: “Cuanto más lo pienso, más evidente me parece que la vida existe simplemente para ser vivida”

Nietzsche está en contra también de la idea de responsabilidad y de libre albedrío, considerando a este último como una habilidad teológica para hacer a la humanidad responsable. Por medio de la idea del libre albedrío, a todo acto se le atribuye una intención consciente; los actos son considerados voluntarios y, por lo tanto, libres. Esta doctrina se ha inventado con el fin de hallar culpables. Si el hombre es libre y consciente, entonces puede ser culpable, y por lo tanto se le puede juzgar y castigar. (Jorgito: Por lo tanto nos queda sólo entender y aceptar al otro. Afirmarlo en su caos incomprensible e inconciente (refiriendonos a lo profundamente arraigado, a lo estructural a lo que no se puede cambiar)??. Por lo tanto, aceptar a la gente y al otro asumiendo su caos o su neurosis).

Nietzsche defiende la filosofía de los antiguos griegos, en la que las debilidades de los hombres se traducían en la locura o el crimen, no en el pecado. Los dioses volvían locos a los hombres, el hombre no era culpable. Para Nietzsche, la diferencia entre la religión de la Grecia Trágica y el Cristianismo, es que en la primera un dios toma sobre él la responsabilidad de la locura que inspira a los hombres, mientras que en el Cristianismo los hombres son responsables de la locura de un dios que se pone en la cruz

Para la filosofía occidental, la razón es “la esperanza”, pero a costa de una gran renuncia: el mundo de lo sensible queda excluido. El poeta no renuncia, por eso sufre, y en su dolor siente la vida. Lo más irrenunciable para la poesía es el sentimiento. Según Bataille, a lo único que renuncia la poesía, es al conocimiento.

Para Nietzsche, no hay una realidad en sí a la cual haya que contraponerle un sujeto en sí, ni una conciencia que funde o fundamente el conocimiento, como decía Kant. Todo es evento, encuentro fortuito entre sujeto y objeto por el cual y en el cual ambos se configuran recíprocamente, confundiéndose. (Jorgito: esto implica que el caos se genera en el otro o en el contacto o el estímulo. Se construye una realidad pasajera de ahí). Todo es un juego de fuerzas, juego de meras ilusiones. “Todo es error o más bien es un errar incierto o un vagabundear incierto sin pretensiones de verdad” (20). En suma, todo es mentira, incluso la razón es mentira, dado que es un invento más del ser humano. Según Nietzsche, la razón debería de ser puesta al mismo nivel que el lenguaje, el arte, y el resto de las creaciones humanas. La primacía de la razón que postulaba Kant es algo absurdo para Nietzsche. Los filósofos occidentales se rigen por un ansia de encontrar “la verdad”, como si ésta fuera una cosa en sí, una entidad objetiva.

1 comentario:

  1. Por eso la renuncia al saber, al saberlo todo es tan dificil, por eso la razón solo es razon, y nada mas... por eso tu espacio ahora es terapéutico...

    ResponderEliminar

Prioridades

1. Mi paz interior 2. Desarrollar mi misión, creatividad y desarrollo, mi filosofía personal, mi espiritualidad 3. Estar y vivir mi familia ...