lunes, 11 de mayo de 2009

Ideas cautivas en un hueso 1

El tiempo se me fue volando.

Llegué a la casa que me gusta, con la compañía adecuada.

- Tu caele, nomás traete unas papas adobadas....

Cada quien con su computadora, con buena música. Literalmente el trabajo y el mundo se quedaron en un cajón.

Nada como una buena compañía, nada que presione, sin ningún compromiso, comentando al aire y sin esperar respuesta, sabiendonos escuchados. Nada personal.

Cuarto exclusivo. Trabes de madera, piso de ladrillo barnizado, muebles y paredes de madera. Luces estratégicas y un ambiente muy cálido.

Un gato pasa y me brinca a los pies. Mi amiga está en su escritorio invitandome a que salga con una amiga suya. Me pasa una cerveza y se rie me muestra videos desde lejos mientras yo estoy acostado en su cama viendo un par de correos.

Mi amiga dudó cuando le dije que pasaba a su casa y ella me dijo que tenía que trabajar. Descubrimos que hacemos buen equipo acompañándonos. No me quiero ir, pero tengo que.

Después de un día de contrarias, risas falsas, dolores de diarrea, gente que no opina, un jefe que no invita a eventos, un semi jefe que me dice que me apoya, una hermana que no apoya, un miedo a dejar la casa en manos de desconocidos. Buen remate al día, un espacio de divague y comentarios surrealistas.

Retomo mi escudo, mi espada, y salgo de este oasis metafórico.

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Prioridades

1. Mi paz interior 2. Desarrollar mi misión, creatividad y desarrollo, mi filosofía personal, mi espiritualidad 3. Estar y vivir mi familia ...