La conciencia del sueño

¿Es usted consciente de esto?

Después de tanto tiempo vivido (por que todos tenemos una historia bonita y trágica detrás), si ponemos atención en nuestras respuestas al fenómeno de la vida, podremos ver que no son tan azarosas.

Parto del hecho que somos un mosaico construido por nuestro entorno. Un rompecabezas de hábitos y expresiones de lo que nos rodea. Empiezo por lo más importante, nuestros padres: de ellos va nuestra manera de abordar la vida: ¿es usted medio ansioso?, ¿le da por tomar mucho?, ¿ya se puso a ver sus generaciones anteriores si el patrón no viene de por ahí? Probablemente se lleve una sorpresa….

Hasta lo más simple, como las frases, las palabras habituales. Pueden ser de la región de donde es usted, ¿es usted de la costa?, ¿del norte? Traemos el sello de nuestra región.

Otra son las frases costumbre de la familia. Recuerdo a mi abuela decir “cabresto” a lo que normalmente entendería por cabrón. Jamás he oído a otra persona decirlo. Desafortunadamente mi abuela ya partió hace más de 25 años y no le pregunté de dónde venía esa palabra que nadie usa, solo yo a veces.

Y qué decir del porvenir, ¿qué estudio usted?, ¿a qué se dedica?, ¿es su profesión una tradición familiar?, ¿hay algún libre pensador que lo inspiró en su familia?, ¿está usted tratando de cumplir el sueño de sus padres?, o ya que estamos en confianza, ¿está usted tratando de conseguir la aprobación de ellos o alguien más?

No se ofenda. Sé que es también muy posible que usted sea un espíritu libre que siga a su corazón. Pero seamos honestos, es poco probable. El sistema es implacable y estamos hablando de arriba de un 80% de la población que cumple con su rol social, no con su misión de vida.

Respire, por favor. Lo veo un poco apretado.

Creo que vale la pena pedir otro litro de pulque a Don Tereso. Tiene usted razón, y más cacahuates. Porque esto de disertar al final no tiene como objetivo llegar a una conclusión, tan sólo es disfrutar ésta tarde hermosa con una plática entretenida. Plática que, en unos años, no sabremos si fue un sueño o realmente sucedió ¿no considera usted lo mismo?

Pero retomemos, nuestros discursos mutan y lo hacen porque el mosaico que mencionaba al principio, es dinámico y ¿sabe qué lo hace dinámico?, la exposición al entorno, a otras ideas. Desde un libro, un discurso. Vamos, hasta una canción de Rocío Durcal puede cambiar nuestra militancia. ¿se acuerda usted de “La costumbre es más fuerte que el amor”? No se dé baños de pureza, que usted era un romántico y ahora lo veo un poco más escéptico sobre la perpetuidad del enamoramiento. Tomemos otro ejemplo: Usted era un rojillo hace tiempo y ahora se suscribe a las instituciones. No se ofenda, es parte del calor de la plática, son los diamantes que quedan después de pulverizar las ideas sin piedad. 

Si le quitáramos a usted todos estos factores de identidad: familia, sociedad, costumbres, música, libros, maestros…, ¿qué queda? Me puede decir usted, ¿qué queda al final?

Llegamos a una pregunta más allá de la filosofía, más allá posiblemente de la espiritualidad:

¿Quién soy?

¿Es usted consciente de esto?