Cada quien sigue a la voz en turno en su cabeza
Más nítida y verdadera que la luz del sol, que el rocío de la mañana
En un mundo de caos y miedo. De injusticia y suicidio
En este mundo interior mío, el filo corta mi corazón
Todos los días, todas las mañanas
Mi mente toma el puñal y lo hunde más
Algo en mi cuerpo emerge
Con una mano azul, cada mañana me corta el corazón
Me mata lentamente, para el otro día amanecer nuevo y atacarme otra vez
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Caminaba con el corazón roto
Su mente le ponía mil etiquetas
Las imágenes lo desangraban
Los sonidos lo despedían
Era una muerte en vida
Su mente afanada en ayudar, daba toda clase de ideas
Salvación, culpa, soluciones
La esperanza perdida caía del cigarro consumido
El agua de la lluvia se iba por el drenaje
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Soñaba con el día de un descanso
De su cuerpo lívido
Suelto como una gabardina colgada del respaldo de una silla
Flotando ingrávido como una fibra de algodón
Iluminado por un rayo de sol que escapa a la nube lluviosa
La ilusión de vivir al borde de la vida
Al borde de la muerte
No había otra forma
Se veía a sí mismo como una partícula sin sentido
Los suspiros lo impulsaban
Su corazón, roto, fragmentado
La herida se abría más cada día
Escapaba de su cuerpo mientras tanto
El vaso vacío
La imagen sensual
Anestesiaba al colibrí
El niño tenía lágrimas en los ojos
Contempló a saturno
Voló hacia la luna
Su boca esbozó una sonrisa
