sábado, 4 de julio de 2009

Revelación 2

Miguel sonreía. Miraba fíjamente al piso.

Todos hablaban y nadie ponía atención a él. El seguía en ese autismo que lo hizo desaparecer de la habitación.

De repente, con su sonrisa fija, levanta la cara, los ve a todos; tira el contenido de su vaso a piso y se levanta gritando: "A chingar a su madre...". Avienta el vaso contra la pared....

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