miércoles, 22 de diciembre de 2010

Para Liz :: 25 de diciembre 2010

Camino en el parque, aquel que me enseñaste, aquel que siempre estuvo ahí pero que me era invisible. Recordé cuando me lo presentaste. Sus jacarandas, su cielo y sus bancas, su silencio y ese limbo donde el tiempo no transcurre. Me siento en la banca. Contemplo a las parejas, la gente pasar. Acerco mi café y bebo un sorbo.

Ojalá estuvieras acá.

Ojalá y tu voz fuera el trino de los pájaros. Ojalá y tus ojos fueran el cielo.

El tiempo sigue detenido y yo ahí seguiré. Sumergido en un recuerdo que se caracteriza por la gran ausencia de algo, ese algo que eres tú.

Respiro hondo. Me acomodo y cierro los ojos. Sigo respirando profundo mientras una ráfaga de aire mueve las copas de las jacarandas. Entrecierro los ojos, y lo sé; estas conmigo, aunque nunca será suficiente.

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