Más allá del bien y del mal, hay otro nivel de conciencia. Nos daremos cuenta cuando estemos ahí.
viernes, 17 de julio de 2020
Atardecer color durazno
Se encontraron en el parque, intercambiaron un saludo, hablaron sobre sus nuevas parejas y sus hijos. Su despedida, aparentemente cotidiana, les recordó el gran amor que no pudo continuar. Solo el atardecer color durazno fue testigo nuevamente de sus lágrimas al caminar en destinos opuestos
domingo, 12 de julio de 2020
Secreto de familia
Cuando
pienso sobre este texto, mi primera intención es hacer una reflexión positiva y
motivadora.
No
veo cómo lo voy a lograr.
Sólo
voy a proceder a narrar los hechos como fueron, a partir de una combinación de
testimonios de mi madre y de mi tío (hermano de mi madre), narración que yo
describo previamente filtrados los hechos, por mi corazón ya que al final su
historia es mi historia.
Raúl,
se sirvió y le sirvió a su sobrino un trago. Habían pasado ya un par de horas
de plática, risas y anécdotas, ya se había ido el resto de la familia a dormir
y se encontraban solos en el valle de la media noche. Jorge admiraba mucho a su
tío ya que siempre había sido como un padre para él: lo había apoyado en
momentos difíciles durante su adolescencia y siempre le había contestado todas
sus dudas, aunque los últimos años su tío Raúl, se había entregado más a la
bebida y se tornaba evasivo a los momentos a solas donde siempre salían
pláticas que implicaban el abrir el corazón.
-
Tío, platícame qué pasó con mi tío Jaime.
Jorge
desde muy pequeño fue muy sensible y percibía los estados de ánimo de la gente,
sobre todo de su familia. Con el paso del tiempo se dio cuenta que en la
familia había secretos que no le querían revelar. El tío Jaime y la tía que
ahora ni siquiera recuerdo su nombre, eran personajes censurados en la familia,
habían fallecido antes del nacimiento de Jorge en distintas épocas. Nadie
hablaba de ellos y el preguntar sobre ellos era razón para tener una respuesta
seca y con un tono de molestia que indicaba que no se continuara con el tema
por parte de los mayores. Irma era el nombre de la otra tía.
Inconsistencia
de datos y versiones sobre su muerte, respuestas cortantes y la censura a
hablar de ellos, se había vuelto un tema recurrente en la curiosidad y mente
inquieta de ese niño que era Jorge. Con el paso del tiempo, la censura se
volvió olvido, en ningún recuerdo familiar, en ninguna referencia de la
infancia de los grandes aparecían la tía Irma ni el tío Jaime. El tema era
reservado para un círculo exclusivo de la familia. ¿por qué?, ¿qué
escondían?
-
Tu tío Jaime llegó muy agitado a la casa, era un poco más tarde de la hora su
salida del Banco de Oriente, donde trabajaba. Se le veía muy exaltado, ansioso,
fuera de sí; tus abuelitos lo vieron pasar y subir las escaleras sin saludar.
Tu tío Javier y tu tío Manfredo estaban abajo y también lo vieron pasar. Como
hermanos mayores, se preocuparon al verlo de esa forma. De inmediato ya estaba
bajando las escaleras, había ido por algo a las recámaras. Tus tíos le
cortaron el paso mientras tus abuelos observaban de cerca y le preguntaban que
qué le pasaba.
-
Déjenme pasar
-
Tranquilo Jaime, ¿qué te pasa?, ¿a dónde vas?
-
Quítate o no respondo
-
Jaime dejó ver la pistola de tu abuelo en el interior de su abrigo. Tus tíos le
dejaron pasar, pero recuerdo que tu tío Javier me dijo que traía los ojos
inyectados de sangre, seguramente también lágrimas y que lo dejó pasar por que
realmente le dio miedo. Algo extraño, ya que tu tío Jaime era muy noble, muy
tranquilo, aunque sensible y por eso tus tíos lo molestaban mucho. Se mi hizo
raro que tu tío Jaime nunca se fuera a los golpes contra tus tíos, era el más
morenito de todos nosotros, así como tú y eso les daba mucho para molestarlo.
Tu
tío salió de la casa caminando calle abajo. Sólo se oyó el tiro.
Yo
estaba con el Gato en unos columpios a la vuelta de la casa. De repente
llegaron unos niños y me dijeron:
-
Raúl, tu hermano se mató, se dio un tiro
Fui
a ver y ahí estaba tirado.
444
-
Diez años antes, exactamente el mismo día de la muerte de tu tío Jaime. Tu tía
Irma se quedó sola en la casa, coincidió que todos salieron. Tu tía había ido a
México a estar unos días con la tía Elodia, hermana de tu abuelita que la
quería como a una hija. Ella le había regalado cosméticos a tu tía y como ella estaba
chica, tenía unos 17 años; le gustaban mucho esas cosas como muchachita que era
en ese entonces. En esos tiempos, tu abuelito tomaba mucho. Eran tiempos muy
difíciles, a mí me tocaron tiempo después que nací. Tu abuelo tomaba casi
diario y llegaba haciendo sus desmadres. Eran 6 hijos que sostener, eso que todavía
no nacía yo ni tu tía Miriam. A veces llegaba sólo con un puñado de monedas el
día de paga, se iba a la cantina y se gastaba todo invitando tragos a los
borrachos de la cantina o llegaba en la madrugada, gritando y levantando a tu
abuela para que le hiciera algo de comer y a veces, la ponía a cantar. Tu
abuelito llevaba a algún borracho a comer y ahí estaban solo tomando. Esa
conducta de tu abuelito duró mucho tiempo, incluso después de la muerte de
Irma. Hubo un día que yo me harté y agarré a tu abuelo con una llave y le
sujeté la cabeza y tu tío Javier dijo: Suelta a mi papá. Tu abuelito en su
delirio, interpretó que yo no era su hijo, como Javier había dicho "mi
papá" y no “nuestro papá”...
El
hecho es que tu abuelo vio las pinturas y cosméticos de tu tía y se enojó por
que no quería que fuera a salir con una sorpresa y le grito muy feo y le dio
una cachetada según me platicó tu tío Javier. Tu tía una niña muy sensible y
aparte tenía un problema del estómago, tenía dolores fuertes muy frecuentes y
fuertes, sufría mucho. Hasta ahora no sé bien qué tenía, soy médico, pero
sospecho que tenía una afección no compleja pero sólo sé que le daba mucho
dolor.
Cuando
regresamos de la calle, la encontraron colgada del cuello ahí en marco de la
ventana de la cocina, junto al lavabo. ¿Recuerdas?
444
-
Ya sabes qué pasó con tus tíos, ¿verdad? ¿Cómo fue? ¿Tú le preguntaste o tu tío
Raúl te dijo?
Bueno
hijo, al final creo que ya podemos hablar un poco más de tus tíos.
Nos
acostumbramos tus tíos y yo a no mencionarlos, de entrada, porque tu abuelita
sufría mucho, empezaba a llorar y nos dolía mucho.
-
Platícame de mis tíos mamá.
-
Me recuerdas mucho a tu tío Jaime. Tienen conductas muy parecidas, era muy
sensible como tú, siempre nos acompañaba y cuidaba a tu tía Yola y a mí. Era
morenito como tú y también le gustaba mucho andar en bicicleta, hacer ejercicio
como a ti. Era muy noble y cariñoso. Tu tía Irma era muy linda, era una niña
muy dulce, le gustaba pintarnos y nos cuidaba. Era muy cariñosa, recuerdo que me
acariciaba mucho mi cabello mientras yo recostaba mi cabeza en su regazo.
-
Nunca hablaban frente a nosotros de mis tíos. ¿Ustedes hablan de ellos?
- Sí, platicamos,
pero entre nosotros. No frente a ustedes. Nadie a excepción de ti, lo sabe. Tener
un familiar que se suicida, te marca.
Durante
las narraciones, las caras de mi madre y mi tío se mantuvieron ecuánimes y serias.
Aunque se llevaron a cabo en distinto momento y distinto espacio, sus palabras
eran dichas con la misma calma, amor y aceptación. Trato de no imaginar el dolor
que vivieron y sintieron porque pierdo la compostura y el llanto me invade.
Los
tíos Irma y Jaime siempre estuvieron y están presentes. Sus siluetas se
percibían en los trazos de las narraciones de recuerdos familiares. En los
miedos y los silencios. En las conductas y miradas de nosotros, la
siguiente generación. Sus sombras se volvieron mi sombra sin yo saberlo,
sólo sintiendo brisas inexplicables de miedo, nostalgia y ausencia.
Hoy
se encuentran presentes y en el lugar que les corresponde, con respeto y amor.
Así el dolor los haya exiliado temporalmente al olvido y el secreto, su
presencia anacrónica y sutil se manifiesta ayer, hoy y siempre en nosotros y en
las generaciones venideras para darnos un gran mensaje, nuestros seres amados
siempre permanecen en nuestro corazón y es éste mismo el que les busca voz para
regresar al calor de nuestros espíritus.
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