Muchas veces he estado a punto de morir de hambre con los pies doloridos y fatigado; durante días y días no tenía que comer, y a menudo no podía caminar más; me hundía bajo un árbol, y la vida parecería irse poco a poco. No podía hablar, apenas podía pensar, pero por fin la mente volvía a la idea: «No temo a la muerte; nunca nací, nunca moriré; nunca tengo hambre ni sed: ¡soy él! ¡soy él! La naturaleza entera no me puede aplastar; es mi sirviente. ¡Afirma mi fuerza, señor de señores, dios de dioses! ¡Recupera tu imperio perdido! ¡Levántate y no pares!». Y me levantaba con fuerza nueva; y aquí estoy ahora, ¡vivo! Así, siempre que venga la oscuridad, afirma la realidad y toda adversidad desaparecerá. Porque al fin y al cabo es solo un sueño. Aunque las dificultades parezcan tan grandes como las montañas, y aunque las cosas parezcan terribles y oscuras son solamente maia [ilusión]. No tengas miedo y desaparecerán. Aplástalas y se evaporarán. Pisotéalas y morirán.
Swami Vivekananda
Más allá del bien y del mal, hay otro nivel de conciencia. Nos daremos cuenta cuando estemos ahí.
domingo, 10 de agosto de 2014
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